Esa noche representaba Viengsay Valdés a Odette/Odile, y la verdad que con los vídeos que había visto ya de ella tuvo una actuación bastante pobre en comparación. Pudo lucir sus increíbles equilibrios pero los giros fueron bastante sucios y poco seguros, además perdía muchas veces el papel de Odette cuando se presentaba alguna inseguridad en la coreografía. Hay que decir que la coreografía tampoco la ayudaba a lucirse, ya que Alicia Alonso hizo su propia adaptación que, para mi opinión, no era nada acertada sobretodo en el pas de deux de Odile y Siegfried del III Acto, donde además en la coda el príncipe apenas bailaba.
El cuerpo de baile era bastante irregular, chicas muy altas, unas con más peso que otras, alguna con bastante edad; luego no se veía uniformidad y no quedaba muy bonito.
Otra cosa que no me gustó, era que las solistas hacían papeles de cuerpo de baile y de distintas solistas, algo que, en mi opinión, en una gran compañía no se debería ver.
Un ballet que se deja ver, si no tienes otra cosa mejor que hacer, al que le falta la magia que el Ballet Nacional de Cuba solía tener.